delante de nosotros, dejándonos entre ver un desafío.
Mira desde el inicio cuánto hemos progresado,
Ahora estamos fuertes y más creciditos.
Desde el primer día en que nuestros labios se han besado,
Mi alma solo a ti ha pertenecido.
Aún niños e inocentes mantenemos,
la pureza de un amor verdadero.
No hay en este país ni en el extranjero,
torpe fuerza o infame pensamiento,
que pretenda alejarme de este sueño,
ni que pueda obligarme a no quererlo.
Como tórtolos vamos caminando lado a lado,
Por las calles de Guayaquil, agarrados de la mano,
Va naciendo, cada día, una nueva historia,
Se va grabando fuertemente en la memoria.
Y tejiendo con ahínco ese futuro,
unidos con pasión y siempre juntos.
Una novela se está escribiendo día a día,
con tormentas y calmas, pero sin engaños.
Va primando honestidad y valentía,
y la trata es que estamos enamorados,
Sin importar cuánta filosofía,
El pensamiento se disipa entre tus brazos.
Y hay momentos en que nos cubren nubes grises.
Se va poblando de amarguras mi panorama.
Huele a tristeza, sabor amargo, tiempos infelices,
Pero jamás en mi ha menguado la llama.
¡Fuera orgullo! Echo de mi lo malo que divises,
Eso hacen los hombres cuando aman.
Y al final del día va quedando en nuestro frente,
Un nuevo comienzo, misma meta, sueño eterno.
Olvidamos males, la tisteza ya no se siente,
Nos curamos con promesas y amor, elixir supremo.
Exclamo con la voz del corazón: ¡Te amaré por siempre!
Ventiocho meses, mi cilita, y así sigamos hasta quedar muy viejos.
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