Abril 2 de 1822
Junta de Gobierno.
Reservado.
Excelentísimo Señor.
Cuando dirigimos a
Vuestra Excelencia en copia la nota en que el Libertador de Colombia reclama
del Gobierno como un deber la incorporación de esta Provincia a la República creímos
suficiente la presencia sola de ese documento para que Vuestra Excelencia viese
que era llegado el caso de cumplir su solemne voto de sostener la libertad de
este pueblo. Vuestra Excelencia conoce que aún cuando no hubiesen desaparecido
con nuestra transformación los derechos que sobre la Provincia se alegan con
la autoridad que nos obligó a componer parte del Nuevo Reino, las resoluciones
de esa misma autoridad nos habían separado últimamente.
El Gobierno ha visto que
su esperanza en la protección de Vuestra Excelencia era bien fundada, ya por
los repetidos y abundantes auxilios de armas, municiones y oficiales que hemos
recibido al Libertador de Colombia en 3 del pasado con aquel motivo, y por las
últimas órdenes comunicadas a la división del norte. ¡Ojalá estas medidas
conjuren la tempestad! Pero ellas, sea cual fuere el resultado, son y serán
siempre el testimonio más auténtico que acreditará en todo tiempo así la
generosidad y filantropía del Protector de la Libertad del Perú, como
la justicia con que este pueblo y el Gobierno descansan en la protección de
Vuestra Excelencia.
Desde el momento en que
la libre y espontánea voluntad de la Provincia fió a nuestras manos el depósito
sagrado de sus derechos, el principal, el casi único objeto de nuestra
administración ha sido contribuir a la causa general del modo más decidido,
porque creímos y creeremos siempre que la cooperación de esta Provincia para
completar la obra de la independencia hace más respetables nuestros derechos de
constituirnos como más ventajosamente nos convenga.
La conducta franca y
generosa del Gobierno del Perú hace conocer que esta penetrado de nuestros
principios, y de que marcha de este Gobierno no tiene ni tendrá remotamente
ninguna mira individual: pero no hemos podido conseguir igual reputación del de
la República
porque se han visto con ojos preocupados los pasos más dignos de merecer la
estimación general.
Desde el momento en que
nuestro deber y nuestro ardiente deseo de dar la libertad a nuestros hermanos
de Quito y Cuenca nos hicieron franquear a las tropas de Colombia el paso por
esta Provincia y nuestros recursos, la ambición se ha formado agentes que
reuniendo alrededor de sí las pasiones de los mal contentos, que es imposible
dejen de existir, han tocado y favorecido todos los medios de trastornar el
orden; ya desacreditando al Gobierno y desconociendo los esfuerzos y
sacrificios públicos, ya protegiendo abiertamente a los díscolos y mal
intencionados, ya persiguiendo y desconceptuando a los que no entraban en sus
miras aunque fuesen los más honrados y ardientes patriotas, y ya autorizando en
la oscuridad un partido que hiciese vacilar la autoridad pública.
El Gobierno firme en la
resolución de llenar hasta el último aliento sus deberes, aunque apoyado sólo
en la pureza de sus intenciones y en la honradez de los buenos ciudadanos ha
visto pasar sobre sí estos días de tormenta y dolor; pero cuando se han visto
inutilizados todos los planes se ha volado a incendiar al espíritu del
Libertador de Colombia para preparar a esta Provincia un golpe de fuerza a que
no pueda resistir y que quite la ocasión a las justas reclamación de sus
derechos.
Las adjuntas copias harán
conocer a Vuestra Excelencia hasta que punto se lleva esta última medida. La
señalada con el Nº 1 es una carta escrita por el vocal don Francisco Roca sobre
el suceso del batallón (de que Vuestra Excelencia está informado) tan sencilla
que admira como pudo dar ocasión a la nota del Libertador Nº 2 sin que éste
tenga dispuesto el ánimo por los mismos agentes que interceptaron y le
remitieron dicha carta. Sensible es ver a un miembro del Gobierno que ha
llenado con desinterés las obligaciones que le impone su patria, sufrir las
notas con que se le infama; pero lo es más la ratificación de las ideas que se
adoptan contra las libertades de esta Provincia.
El Gobierno ha contestado
al Libertador con la dignidad y franqueza conveniente, y le ha reiterado que a
la representación de la
Provincia toca exclusivamente decidir de su suerte; pero no
es dable dejar de poner en conocimiento de Vuestra Excelencia de este
acontecimiento y nuestra invariable resolución de cumplir en todo caso el voto
de los pueblos.
Es un deber evitar hasta
con nuestra sangre que se encienda la tea de la guerra civil que daría a los
españoles un triunfo, y como nos haríamos responsables del más odioso crimen al
pueblo que depositó en nosotros su confianza, a los pueblos de América
espectadores de nuestra marcha, al mundo y a la posteridad misma, el Gobierno
reclama solemnemente la protección que el Perú nos ha ofrecido tiempo hace;
reclama la alta y poderosa mediación de Vuestra Excelencia en este arduo
negocio, y espera afianzar en sus manos los futuros destinos de este país tan
digno de ser libre
Con este importante
objeto el Gobierno confía a Vuestra Excelencia esta Privada exposición.
Dios guarde a Vuestra
Excelencia muchos años.
Guayaquil,
abril 2 de 1822.
José de
Olmedo.
Excelentísimo señor Protector del Perú.
[Anexos]
Nº 1
Guayaquil y diciembre 24 de 1821. Mi estimado amigo.
Anoche cuatro tunantes oficiales han sacado el batallón de Libertadores y le
han hecho proclamar a Colombia. El movimiento estaba apoyado por los niños, y
el general se presentó manifestándonos su sentimiento y contribuyó a su
pacificación reconociéndolo nosotros como cuerpo de Colombia; pero tiene
Vuestra que apenas volvieron al cuartel luego que amaneció las compañías se han
dispersado, y todos los oficiales que son los más se han separado del cuerpo y
pedido servicio al gobierno; hemos mandado crear un cuerpo de voluntarios, y
Vengadores quedará en nada. Vea Vuestra que la fortuna aún no está satisfecha
de nuestros sacrificios. Dios sea bendito por todo y conserve a Vuestra como
desea su [afectísimo]. Me temo que por estas medidas sin duda la cosa de
Portoviejo no se cortará. Vuestra nos avisará lo que sepa. Francisco Roca.
Señor don José Matías Tirapegui. Santa Elena. Cali, enero 18 de 1822. Es copia.
El secretario general. Pérez.
Es copia.
[rúbrica de
José Joaquín de Olmedo]
Nº 2
República de Colombia. Cuartel
general de Cali a 18 de enero de 1822. Al excelentísimo señor Presidente del
Gobierno de Guayaquil. Excelentísimo Señor. La copia que tengo el honor de
incluir a Vuestra Excelencia manifiesta claramente los sentimientos del señor
Francisco Roca miembro de ese Gobierno. Ella no sólo hace creer que el señor
Roca es un declarado enemigo del Gobierno de Colombia, sino que induce a
conjeturar que lo es de la libertad de Guayaquil. Complacerse con la disolución
de los cuerpos, con la divergencia de opiniones, y con la debilidad de las
fuerzas que deben resistir al enemigo de América. Llamar tunantes a los
oficiales que propenden a la incorporación de Guayaquil a Colombia, es mostrar,
o que se desconoce la verdadera felicidad de su país o los derechos
incontestables de Colombia: o más bien es mostrar que cree que los esfuerzos de
ese pueblo para recobrar su libertad, se han hecho para su engrandecimiento
personal y para proporcionar un teatro a su ambición o un cebo a su avaricia y
para su egoísmo. Yo creo que esta carta
debe despertar y llamar toda la atención de ese Gobierno sobre sus verdaderos
intereses y sobre su verdadera felicidad. Ese Gobierno sabe que Guayaquil no
puede ser un estado independiente y soberano: ese Gobierno sabe que Colombia no
puede ni debe ceder sus legítimos derechos, y ese Gobierno sabe en fin que en
América no hay un poder humano que pueda hacer perder a Colombia un palmo de la
integridad de su territorio.
Yo creo Señor excelentísimo que ya es
tiempo de obrar de un modo, justo, racional y conveniente a los intereses de
esa Provincia demasiado tiempo expuesta a los vaivenes de la fortuna y a los
azares de la guerra; pero oportunamente auxiliada y protegida por las armas de
Colombia. Dios guarde a Vuestra Excelencia muchos años. Bolívar
Es copia.
[rúbrica de
José Joaquín de Olmedo]
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