Nada más llegar a Montañita crea la ilusión de haber dejado atrás los problemas. Esto no es magía, no es algo único en el planeta, no es algo especial, es solo el deseo de omitir el pasado y pasar un buen rato sin rendir cuentas a nadie. Aunque la fama de "Montaña" está ligeramente sobrevalorada en la actualidad, se puede reconocer que un lugar excepcional dentro de esta parte del mundo.
Anualmente el Reef Classic convoca personas de distintas partes del mundo en este pequeño pueblo. Con tal cantidad de gente, es imposible que no ocurran locuras en los alrededores. Literalmente se ven "huevadas" en las calles y la playa de "Montaña".
El alcohol etílico parecería haberse transformado en un servicio básico. Algunos estupefacientes rondan con algunos dealers, o algunos consumidores; pero lo cierto es que el consumo de marihuana está sobreestimado, no se fuman esas vainas tanto como varios padres de familia preocupados en la ciudad piensan.
Mujeres. Mujeres "bien buenas" por todo el pueblo. Las hay de todas las edades, "colores y sabores", de muchas nacionalidades, y con muchas ganas de pasar vivencias con propios o extranjeros. Europeas, chilenas, argentinas, gringas, y -porque no- la chola nacional; todas están para hacer de Montañita un lugar al que se quiere volver muy a menudo.
La playa a ratos funciona de motel para parejas que buscan ese ingrediente picante para la relación, o bien se han quedado sin plata para el alojamiento y toca buscar una carpa pequeña o aún más radicalmente un lugar apartado a oscuras al aire libre.
El Reef 2013 "valió tres atados" (como se dice vulgarmente) en comparación con los de los años anteriores. Lo que no deja duda, es que igual aquel lugar es el ideal para vivir una experiencia alocada que dejarán anécdotas para lo venidero.
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